raccoon-linyera:

Si no te vuelvo a ver quiero que sepas,
que pusiste mi mundo de cabeza,
que extrañaré todo aquello que conlleva,
tu nombre, tu sonrisa y tus ideas.

La violencia de tu abrazo en el encuentro,
tus manías y los días compartidos,
esa risa que estallaba en mis oídos,
y el tiempo que robamos al destino.

Las caricias y los besos compartidos,
la manera en que acelerabas mis latidos,
la utopía que descubrí entre tus piernas,
y las horas que invertí a nuestro motivo.

Tu cabello despeinado y los suspiros,
que robaste cada noche entre mis sueños,
tus caderas, y mis labios en tu ombligo;
tu tibio y húmedo sexo junto al mío.

Alejandro Esparza - XL

“Fue una noche tranquila de un septiembre a punto de morir, en aquel café con el nombre de una famosa canción de un trovador el cual no quiero recordar, tus delgados dedos sosteniendo un cigarrillo y tu cabello cayendo ligeramente sobre tu mejilla, aquellos ojos de sol viendo fijamente a los míos, tratando de descifrar mi alma y buscando respuestas a preguntas aún sin formular. El café caliente sobre la mesa, tu sonrisa resplandeciendo el lugar y la música envolviendo todo. Podría jurar que el mundo se detuvo por un instante cuando dijiste que me querías, cuando tus labios mencionaron mi nombre y bajaste la mirada sonriendo al ver que no podía apartar la vista de ti, apagaste el cigarro en el cenicero y tus ojos volvieron a mirarme esbozando una sonrisa, llenando el lugar de claridad, entonces todo tuvo sentido y el universo siguió su curso después de aquel momento de perfección.”
Alejandro Esparza - 500 noches 

Y ahora que los años me llegan de golpe y caigo en la cuenta que he dejado atrás la niñez, que fumo más de lo que debería, que cargo a todas partes demonios dentro de la piel. Ahora que los errores no perdonan, y los días siguen pasando cada vez más rápido, ahora que tengo un montón de respuestas pendientes y preguntas aún sin formular, que la vida me ha enseñado que de vez en cuando hay que ser hijo de puta, y complacer a la mayoría es una enfermedad contagiosa.


Es ahora que entiendo que la edad es solo una imposición al tiempo, que los minutos se alargan cuando no te tengo cerca y las distancias no importan cuando dos individuos se atraen, ahora comprendo todo el tiempo que pasé caminando sin buscar nada ni a nadie, es ahora que caigo en la cuenta de que todo lo que ha tenido que ocurrir no es más que la preparación para lo que viene, para lo que estamos destinados a vivir.

raccoon-linyera:

Cuando alguien hablaba de amor ya te imaginaba y ni siquiera te conocía.

Alejandro Esparza

raccoon-linyera:

Me gusta la forma en que andas por la vida, con la risa suelta y las ideas claras, me gusta que no escatimas y el miedo jamás ha perturbado tu esencia; ni siquiera aquel día en que tu corazón se rompió por una perdida. Me encantan tus ojos y el como brillan cuando algo te complace, tu andar apurado, tu gusto por el tequila y el tabaco, la forma en que miras a ningún lado cuando piensas, o como bailas en los bares como si nadie existiera.

Me gusta que eres valiente y que nada de limita, que te quedas a mi lado sin pedir tu compañía. Que apuestas a mi nombre y a mi suerte; que te arriesgas para conocer mi vida. Me encanta tu vaivén entre las calles, yendo de un lugar a otro solo con mi presencia, me fascina que te quedes a mi lado, aun sabiendo que es incierto lo que buscas.

Me gusta tu compañía y un cigarro, las pláticas sin horario y el tiempo que dedicas a mi causa, tu cabello perfectamente desaliñado y la sinceridad con la que hablas de la vida. Me fascina tu pasión por la música, la modestia con la que te expresas, el como comprendes lo que digo aunque ni yo mismo lo entienda; me encanta lo que provocas cuando te tengo cerca.

Alejandro Esparza - 17 de septiembre/Estefanía

Estas ganas de querer hacerte mía, 
de burlarte por las noches en mi sueños,
de buscarte entre los bares y el infierno, 
de encontrarte entre las sombras y el papel.

De decirle a mi pluma que no escriba, 
de borrarme las promesas de los labios, 
de gritarle al destino que es mentira,
que no puedo continuar si tú no estás.

Estas jodidas ganas de mandar todo al carajo, de dejar el orgullo de lado e ir a buscarte a donde sea que estés, de cruzar puentes y ciudades con tal de encontrarte, de gritarle al mundo que aún te amo, que todo puede cambiar, que desde tu partida no soy más que un cuerpo inerte con un montón de obligaciones sin sentido, que la madurez me llego demasiado rápido y sin ti para afrontarla.


Estas putas ganas de luchar por lo perpetuo, de acariciarte nuevamente con la punta de los dedos, de hacerte sentir que no todo está perdido, que aún podemos escribir esta historia inconclusa que dejamos a medias por el miedo a crecer. Que ganas de volver a tomar tu mano por las calles, y ser nuevamente para ti aquel caballero que tanto presumías, de curar tus cicatrices con saliva y hacer que olvides el pasado, como ayer.

Secuelas del invierno - Alejandro Esparza

Voy a dejar mis vicios, entre ellos tu nombre; tu silueta, tu prisa, aquellos ojos en los que me perdía. El cigarrillo, el alcohol, la forma en que sonreías.


Voy olvidarme de que existes y que en algún momento fuimos felices, dejaré de cruzarme entre tus días, para que tu esencia se separe de la mía. Y entender por fin que te has marchado y aunque me duela que me hayas olvidado, apartarme para siempre de tu ser.

Secuelas del invierno - Alejandro Esparza